Algo pasa, y creo en el amor, pero esa lluvia ya la recordaba de algun otro momento.

Otra vez mis zapatos se salpicaron delicadamente con una lluvia turbia. No culpo a la lluvia, culpo al destino. El perfume que tenìa puesto de apoco se dejaba de oler, y el perro que estaba en un cajón al lado mìo bajo un techito de cemento temblaba del frìo. Yo en cambio no, era fuerte y miraba siempre al mismo lugar esperando que aparezca ese cuerpo que tanto extrañaba y deseaba. Por eso vuelvo a repetir, fue el destino. Cada vez me doy màs cuenta que cuanto màs deseas algo menos pasa. Incluso llego a odiar algo para poder tenerlo, es asì o por lo menos en mì si. Era una calle mojada y 6 àrboles altos. Eran autos que pasaban y era una muchacha olvidada. El planchado de mi pelo cada vez con la humedad que habìa en el aire se me hiba llendo... El perro seguìa temblando y creo que mi voz lo tranquilizaba. Todos necesitan algo de amor en la vida, hasta yo, hasta ese perro. Me hago cargo de todo pero de algo estoy segura, esta vez no llorè, serà porque no valìa la pena llorar? soy tan dèbil que yo misma me rio cuando me hago la fuerte. Se que no puedo, y que mis mil y un sueños estàn en manos del destino, porque si creo en èl.