Tomó el avión y se fue, y para colmo se llevó toda mi vida con él.

Sus ojos no eran los mismos. Su mirada era tan perdida como el sol en la playa, y sus ojos ya no brillaban como antes. Sus manos ya no me hacían temblar cuando me tocaban suavemente. No sonreía, no hablaba, no reía. Parecía como esos robots que se quedan quietos, no sienten y te hacen sentir pésimo. Así era él dos horas antes de dejarme. Dos horas antes de echar por la borda 6 hermosos meses de amor. 

Caminábamos bajo una hermosa luna que nos observaba desde lo alto. Quizá la luna ya sabía todo, sabía todo y se reía de esos dos tontos que caminaban enamorados... El me agarraba fuerte la mano, muy fuerte por ser precisos. Estaba serio. Muy serio y miraba fijo asia un punto perdido en algún lugar. Yo lo miraba y mi mundo se detenía. Lo amaba cada vez mas, el misterio de su persona me enamoraba. Pero lo sentía en el aire frío de aquella última cita. Nada era igual. Sus manos, eran claramente diferentes. Era como sí con solo mirarme con esos ojos fríos que ya mencioné me dijiera todo. Nunca fue un chico de muchas palabras pero olímpicamente aquella vez no fue la excepción. 

Caminábamos y no dejábamos de hacerlo... era una calle perdida, quien sabe que hacíamos ahí. Había muchos árboles, eso recuerdo. Había unos pájaros que me parecían graciosos. (Fíjate en qué pensaba para no afrontar la situación). En un momento, el viento paró. Los pajaritos ya no cantaban y la luna no estaba mas, tres nubes grandes, tres nubes grandes la taparon, y él aflojó la mano y me miró después de unos... 5 minutos de silencio pleno y me dijo:

-Sabes que te amo, lo sabes no?- y continuó diciendo...

-Sos una mujer única. De esas que uno no quiere perder. De esa gente que vale la pena, que te saca una sonrisa. Tus ojos, son únicos. Ojalá nunca, pero nunca, nadie te vuelva a amar como yo. Porque aunque no esté a tu lado mi corazón se queda con tigo.- dijo conteniendo unas lágrimas que se le escapaban de a poco. 

-Mi amor, vos sos mi amor, eso te dice todo. Nunca te voy a olvidar. Todas las noches voy a pensar en vos, voy a pensar en nuestro primer beso, en el calor de tu cuerpo que me contenía en las noches frías de ese invierno divino en el que te conocí.- Y continué diciendo...

-Todas las noches, antes de dormir, voy a agradecer a los Ángeles por haberte conocido. Voy a escribir en un papel tu nombre, y lo voy a guardar en una bolsa rosa llena de perfume mi amor- dije enternecida.

-Sabes qué? cuando te sientas sola. Cuando no puedas más y tengas ganas de tirar todo por la borda y rendirte. Gritarle al mundo lo que sientes y tus pensamientos te atormenten. Cerrá los ojos y pensá en mi, me encontrarás. Te juro por todo lo que vivimos, no que por eso! TE LO JURO POR MI VIDA PRINCESA QUE NUNCA ME VOY A IR DE VOS- Agarró las valijas y subió al avión... y allí se había ido el único amor de mi vida, ese amor del que nunca olvidas. Ese amor que te deja huellas. Aquel amor tan genial que no alcanzan palabras para poder decir lo que sentí aquel 24 de agosto, teníamos 19 años los dos. Éramos dos pibes, me acuerdo que lo vi irse por una escalera larga y cuando subió al avión ya el cielo se colmó de gris y allí iba mi querido amor. 

Y ahora tengo 69 años. Los cumplí ayer. Tengo en mi habitación un placard blanco, y si lo abrís encontrar creo que... 500 y pico de bolsitas rosas llenas cada una de papeles con él nombre de mi amor. 

Todas las noches, cuando me iba a dormir, cerraba los ojos y el aparecía. Estaba con migo. Era eso todo lo que yo necesitaba...