viernes, noviembre 26

un par de botas rotas

El gato me mira con esos auténticos ojos amarillos. Yo lo miro. Me pregunto...
-¿Qué piensa un gato?-.


Tengo una fiesta a la que ni ganas tengo de ir. Tengo un vestido hermoso que ya ni me entra. Tengo en una caja guardada las cartas de mi ex novio. Tengo las fotos de mi infancia. Tengo un cajón lleno de colgantes, pulseras y anillos. Tengo un gato que me mira, y parece perpléjico ante mi. Tengo, tengo, pero no tengo ganas.
Tengo puestas medias rojas, y estoy tirada en mi cama ojeando unas revistas de psicología de hace como 5 años. Me entretengo y se pasa el tiempo. Suena el timbre.
-¡El timbre!- grito desesperadamente y tiro las revistas a la mierda. Me pongo unas botas que después descubrí que estaban rotas. Un jean negro, una blusa blanca, un par de aros ( horribles ) y mientras me peino ( como puedo ) salgo.
Celeste me miraba con cara extraña. La miro con actitud de despreocupación, y me saca la mirada y me dice.
-Vamos al auto, estamos llegando tarde-. Subo.
Pasan unas cuantas cuadras hasta que subimos a la autopista, me atrevo después de 5 peajes a preguntarle.
-Perdoname, ¿a donde vamos?-. La miro. Me mira.
-Al cumple de Martina tonta- me dice casi gritándome.
No se porque recordé a mi gato, y me quedé pensando en él. Después volví a la realidad, y me acordé de Martu. Hace 5 años que no la veía, y la odié toda mi secundaria.

1 comentario:

Gracias por compartir lo que pensas!