Quíen diría quien diría

Odio decir  palabras cuyo significado y verdadero valor se queden en el tiempo. Odio por ejemplo, que aquel amor sea tan frío y tan autentico. Odio la manera en que me mirás. Odio perderme en tus besos, que me conducen a un infinito infierno. Aquellas tinieblas, tentadoras y seductoras. Aquel hipócrita deseo. Aquella codicia de un amor fino y duradero. Odio callar las palabras que te gritaría locamente en la cara. Odio decir que no te necesito, cuando la mentira de esas frase es terrible. Odio además aquellas verdades que prefiero no escuchar. Por eso reprimida en mi soledad me invento un paraíso divino, y lo peor es que creo que es real.