Es tan tentador lo difícil, lo ajeno, lo que no tengo y lo que sé que me va a costar. Es básicamente atractiva esta idea de buscarlo cada vez más y no tenerlo pero imaginarme que está, en alguna parte y saber que lo vas a encontrar. Es privativo, es tan propio como mío. Es exclusivamente para mí. Es puramente dócil, tan previsible como extraordinario y fenomenal. Es mi hombre y en mi mundo es mío y en mi mundo lo propio se respeta se admira y se cuida. Y es la única razón es que es simplemente aburrido, fastidioso lo que es tan fácil. Lo que está a el alcanza de tus manos, a aquello que no precisa un arriesgo, aquello que no precisa aventurarse para conseguirlo es simplemente aburrido.